El 29 de octubre, Itziar Mena, directora de EIKEN, participaba en la jornada sobre contenidos digitales que Euskalit y el propio cluster audiovisual vasco organizaban en BIME. La cita fue la ocasión de dar a conocer los resultados preliminares de un estudio sobre el metasector que lidera Eiken, estudio que evidencia que su futuro pasa por la cooperación y la capacidad de las empresas de adaptarse al cambio.
¿Cuáles son las principales conclusiones del estudio del Metasector audiovisual y de contenidos digitales en Euskadi?
Los resultados son, de momento, preliminares, dado que todavía estamos en fase de recepción de cuestionarios. Pero como primeras conclusiones, podemos decir que las empresas que operan en este sector son, en general, pequeñas y jóvenes, aunque también existen compañías tractoras. En torno a un 65% de todas ellas facturan menos de 500.000€, pero existe entre un 6% y un 15% que facturan entre 1 y 5 millones de €. En cuanto al empleo, el 65% de las empresas tienen menos de 10 trabajadores y, únicamente el 6% cuenta con más de 40. Por otra parte, como decía, se trata de startup jóvenes, de las que un 24% ha nacido en los últimos 5 años y únicamente un 18% tiene más de 15 años. En general, las empresas encuestadas son optimistas respecto al futuro, aunque lo ven con cierta incertidumbre y observan oportunidades de colaboración dentro del metasector, sobre todo en lo que se refiere a oportunidades “cruzadas”. Esta colaboración debe ser esencialmente para, por un lado, defender intereses comunes y, por otro, para lograr el desarrollo de mejores productos y servicios.
Hemos hablado de datos de facturación, tamaño, etc. ¿se trata de un sector que hoy en día genera empleo?
En un mundo en el que los cambios son rápidos y constantes se requieren perfiles con capacidad de producir contenidos con una calidad mínima para que el usuario los quiera consumir. A las empresas consolidadas esto les genera más problemas que a las jóvenes, que cuentan con unas estructuras mucho más flexibles y dinámicas. Así, el empleo viene a partir de lo que nosotros llamamos “cooperación pyme”. Entre ellas ofrecen servicios integrados a un solo cliente, como si fuesen una empresa más grande, sin llegar a formalizar una relación.
¿Cuáles son las principales preocupaciones del sector?
Las mayores dificultades que encuentran las empresas del sector son la dimensión, el mercado y la financiación. Se sienten pequeñas y compiten con empresas de mayor tamaño.
¿Cuáles son, según Eiken, las tendencias de futuro?
Hay que saber que la experiencia de usuario es fundamental y debe condicionar la estrategia de negocio de la empresa. Todos somos consumidores y queremos acceder a los contenidos cuando y como queremos y desde cualquier dispositivo. Entender cómo condiciona eso a la empresa es fundamental. Quien esté bien posicionado en ese ámbito tendrá éxito. También aquellos que cuenten con la flexibilidad suficiente para adaptarse a los continuos cambios, que no van a parar. Es un paradigma muy exigente, pero es la realidad. Es importante, además, tener interiorizada la posibilidad del mercado global. Nuestra experiencia nos dice que empresas pequeñas también dedican recursos a la internacionalización. Además, a diferencia de otros sectores en los que se requiere abrir una oficina en el exterior, en éste no es necesaria una implantación física para trabajar fuera, lo que es una ventaja.
Se trata de un sector con alto porcentaje de emprendedores… ¿cuenta en Eiken con datos al respecto?
No, todavía no tenemos, pero el estudio que estamos realizando nos dará la pista. Nosotros lo que solemos decir es que, con la democratización de las nuevas tecnologías de digitalización, se da el fenómeno “ponga un productor en su vida”. Hoy en día, por un precio muy económico, cualquiera puede tener una cámara de una calidad excepcional, una mesa de edición, programas que no requieren demasiado conocimiento, etc. El fenómeno de la audiovisualización se ha extendido, por eso que es difícil tener datos fiables.
¿Existe dentro de Eiken una preocupación por la proliferación de tantos “no profesionales»?
No, porque lo que vemos es que tenemos que “hibridarnos”, conocer cada perfil y aplicarlo a las empresas. Son ellas mismas las que nos cuentan que siempre incorporan a gente joven y nueva y, desde Eiken, queremos promover esa “hibridación de perfiles”.
¿Cómo valora la importancia de incubadoras empresariales del sector?
Las incubadoras son el lugar donde se vuelve a generar esa confianza de la que hablábamos antes. Tienen dos claves desde mi punto de vista. Por un lado, ligan las nuevas empresas a la institución que les está apoyando, lo que, en términos de conocimiento, es un lujo en la doble dirección, ya que, a su vez, la institución conoce de primera mano las necesidades y dificultades de los emprendedores y le da un flujo vital para mejorar, reorganizar o reactivar. Por otro, a los profesionales y empresas que están allí les da la posibilidad de generar una confianza y llegar a cooperar. Las incubadoras han evolucionado, de ser espacios en los que te prestaban una mesa y una silla a lugares en los que se genera una cooperación que no es tal fácil de conseguir, como vemos en el cluster. El hecho de que las nuevas empresas comiencen su andadura con esta idea interiorizada, es estupendo.