Atrás quedan quince días en los que hemos tenido la oportunidad de escuchar reflexiones muy interesantes sobre la arquitectura, el arte, la artesanía, los contenidos audiovisuales y digitales, el diseño, la comunicación, el interiorismo, la moda y los videojuegos, y de ver iniciativas muy distintas que tienen en común el impulso creativo.
Dos semanas que han convertido a Bilbao y Bizkaia en un entorno especialmente estimulante para todos, para la gente que ha respaldado con su presencia los más de 40 actos incluidos en la D Week, para los profesionales de las distintas disciplinas cuya implicación ha sido total, y para quienes promocionamos las industrias creativas.
Estamos ante un sector muy dinámico en todos los sentidos, emprendedor, con conexiones internacionales y en constante búsqueda de una diferenciación que le posicione en su entorno competitivo. Un sector integrado en la economía que, como hemos visto estos días, muestra un compromiso social, que no podemos dejar de compartir.