Futuro, ciudad, urbanismo, coherencia, cultura, microproyectos, diseñadores, autonomía, colaboración, vínculos… De todo ello habló Ezio Manzini en la conferencia que dio en la jornada Cities and Design de la Bilbao Bizkaia D Week 2017.
Muchas palabras de las que se sirvió para definir un único concepto el de ciudad de la relaciones. Una urbe que ya no puede ser pensada en términos continuistas y tradicionales, sino que exige un punto de vista completamente diferente al anterior. Si hasta ahora -explicó- los urbanistas imponían una visión desde arriba, ha llegado el momento de pensar las ciudades desde dentro, «de hacer ciudades y no tanto de planificarlas, de urbanizar».
En ese hacer estamos implicados todos -diseño participativo- de ahí la importancia de crear un marco, «una suave autoridad» que ayude a tomar decisiones correctas y coherentes, de manera que toda la ciudad avance en una misma dirección; sin que eso signifique una pérdida de autonomía o de diversidad.
Una ciudad de las relaciones en la que la gente -«que en todos los ámbitos de la vida elige colaborar»- ayude a la creación de la urbe -«a su parte física y social a la vez»- a partir del desarrollo de microproyectos transformadores que pueden tener un gran impacto en la ciudad y contribuir a equilibrarla.
La base para que esto se produzca, recalcó Manzini, es «un conocimiento, una cultura profunda sobre la manera de intervenir en la ciudad». «Ello puede lograrse sin diseñadores, concluyó ante un aforo lleno de profesionales del sector, pero más de diez años de experiencia nos dicen que el diseño puede ayudar mucho».
La jornada Cities and Design fue organizada por BiDC con la colaboración de ColaBoraBora y TIPI, entidades ambas dedicadas a diseñar y facilitar procesos de diseño colectivos centrados en las personas.
