Beaz ha contactado con 250 empresas de Bizkaia para monitorizar el impacto que el COVID-19 está teniendo en su día a día y conocer sus previsiones. Dicho análisis permitirá al Departamento de Promoción Económica orientar sus actuaciones y tomar medidas útiles para afrontar las consecuencias económicas de la pandemia.
250 empresas industriales y de servicios, de diferentes sectores, tamaño, comarcas y trayectoria han respondido a un cuestionario cuyos resultados se estiman extrapolables a la realidad económica y empresarial del territorio.
El informe se estructura en 3 apartados. En el primero se recogen las primeras consecuencias que ha tenido el COVID-19 en las empresas que conforman la muestra. Disminución de la demanda (86%), interrupción de la producción por problemas en la cadena de suministros (37,75%), tensiones en la tesorería (47.79%), sustitución de los procesos presenciales por teletrabajo o la tramitación de ERTEs (27.71%), entre otros.
En el segundo bloque se analizan las diferentes medidas de apoyo adoptadas por las empresas. Líneas de financiación públicas, como las activadas por el Gobierno Vasco (36.94%), los préstamos ICO (37.34%), el aplazamiento y flexibilización tributaria (31.32%), moratorias en el pago a la Seguridad Social (19.67%), flexibilización en pagos de suministros básicos (1.6%) o las líneas para la implantación del teletrabajo (4.4%). Ayudas que las empresas han combinado con decisiones internas, como la negociación de las condiciones de pago con entidades bancarias (12.04%) y proveedores (29.71%) o el aplazamiento de las inversiones previstas (63.45%).
El último apartado se centra en la continuidad de la actividad y el ritmo de recuperación previsto por las propias empresas, índice que la mayoría estiman medio (43.37%) y lento (35.74%). En los extremos están el 13,6% de quienes esperan sea rápido y el 7,6% que asegura no tener perspectiva de recuperación.