Hace un año el Departamento de Desarrollo Económico y Territorial y Beaz, con la colaboración de Orkestra, ponían en marcha el Proyecto Bizkaia Competitiva. Tiempo ahora de balance de una iniciativa cuyas protagonistas son Bizkaia y las comarcas que la forman, y cuya clave está en las palabras competitividad, territorio y equilibrio.
El 28 de abril, en un encuentro celebrado en BIC Bizkaia Ezkerraldea, Imanol Pradales repasaba lo que han sido estos doce meses de trabajo y presentaba un mapa de especialización zonal de Bizkaia que evidencia las fortalezas del territorio en términos de competitividad («el ADN industrial sigue estando muy presente»).
El diputado explicaba cómo se había decidido la distribución de las cuatro zonas que identifica el proyecto, «rompiendo el esquema histórico y administrativo de las comarcas de Bizkaia y atendiendo a indicadores de competitividad». Y destacaba el hecho de que los equipos de trabajo están formados por agentes muy diferentes y las más de 80 reuniones que han mantenido en estos meses. También el largo alcance con el que está planteado el proyecto y la necesidad de obtener resultados en breve («os pido ambición para plantear proyectos tractores y transformadores en cada una de las zonas de Bizkaia»).
Pero quizás las frases de Imanol Pradales que mejor ilustran la filosofía del proyecto son las que hablaban del «no a la Bizkaia a dos velocidades», de «la importancia de tener en cuenta aquello que nos une», y de «una relación bilateral en la que comarcas y Territorio contribuyan mutuamente a su competitividad».
